Camino a la fiesta de mi suegra, se me rompió la fuente. Mi esposo estalló de ira. Me abandonó en la autopista cubierta de hielo después de sacarme a la fuerza del coche, cuando yo estaba embarazada de nueve meses. Él insistió: «Mi madre es más importante». No previó que esa decisión lo haría arrepentirse profundamente…

Camino a la fiesta de mi suegra, se me rompió la fuente. Mi esposo estalló de ira. Me abandonó en la autopista cubierta de hielo después de sacarme a la fuerza del coche, cuando yo estaba embarazada de nueve meses. Él insistió: «Mi madre es más importante». No previó que esa decisión lo haría arrepentirse profundamente…

Me llamo Lucía Herrera, y el día que todo se rompió yo estaba embarazada de nueve meses. Íbamos en el coche por la autopista rumbo a la fiesta de cumpleaños de mi suegra, Carmen, cuando sentí un dolor seco, distinto a cualquier contracción anterior. Miré a Javier, mi esposo, y supe al instante que algo iba mal. “Javier, creo que se me rompió la fuente”, le dije, tratando de mantener la calma. Afuera, la carretera estaba cubierta de hielo y el cielo gris anunciaba una tormenta inminente.

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